Días de paseo y teatro

Vivir con volcanes es apasionante, es enriquecedor, es palpitante, pero no está exento de riesgos. En la mayoría de los casos los peligros son previsibles y evitables, pero hace 300 años las cosas no estaban tan avanzadas. En 1706, el volcán Trevejo arrasó Garachico. Por fortuna la erupción no causó víctimas, y sobre la lava se construyó de nuevo el pueblo, cuyo centro histórico es ahora Medalla de Oro de las Bellas Artes. Lo puedes conocer a través de rutas teatralizadas en las que se reviven los episodios relevantes de su pasado.

El Castillo de San Miguel es uno de los lugares en los que hacer una parada al abrigo de las piscinas naturales del pueblo, y muy cerca de ellas, también el parque de Puerta de Tierra.

Los abordables cascos históricos de Los Silos, El Tanque, Buenavista y Santiago del Teide te permiten también apreciar el encanto de sus calles, plazas, conventos y edificios antiguos en agradables paseos con la ritual pausa para un delicioso café, que aquí preparan divinamente. Si prefieres ir a tiro hecho, en las oficinas de información de cada uno de esos municipios te informan de lo que no puedes perderte.

En Santiago del Teide, la Casa del Patio bien vale una visita detenida. Es una vivienda señorial canaria construida 1668 y uno de los legados arquitectónicos más importantes de la época posterior a la conquista castellana. Te puedes incluso alojar en ella, ya que en la actualidad es un precioso hotel rural.

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