A caballo

Acaricias las crines de tu caballo y sientes en tus manos su movimiento, sereno y firme. Cierras los ojos y escuchas el viento meciendo los árboles, los pájaros, los insectos… Respiras el aire fresco, que huele a tierra y vegetación. Abres de nuevo los ojos y ves los rayos de sol que se abren camino entre las copas de los pinos. Tu caballo mantiene el paso y sientes que la vida te rodea, que la naturaleza es capaz de despertar todos tus sentidos.

Existen en Tenerife más de 200 kilómetros de pistas forestales. La mayoría de ellas discurre en la parte más alta de la Isla, especialmente en la Corona Forestal. La red de pistas conecta con gran parte del norte en la zona de Tacoronte y con el sur, de manera que los trazados comienzan y terminan en lugares con servicios y, en muchos casos, con aparcamientos y transporte público.