Centros históricos

Por estas calles adoquinadas pasaron carruajes de caballos en los que viajaban damas refinadas. Esa pesada puerta de madera vio entrar a señores vestidos con atuendos elegantes; y a aquella plaza de la fuente venían a pasear los vecinos del pueblo, se cerraban tratos, se cortejaban las parejas... Puedes sentir todo eso aunque ocurriera hace muchos años, e incluso verlo a través de los ojos de tu imaginación a poco que lo intentes.

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