El Santo Hermano Pedro

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Una cueva volcánica que de otra manera habría pasado desapercibida para el mundo se ha convertido en un auténtico centro de culto popular. Es la del Hermano Pedro, en Granadilla de Abona. Este pastor del siglo XVII la utilizaba habitualmente para refugiarse con sus cabras cuando sintió la llamada de la fe con 23 años. Tras entregarse a cuidar de los más débiles en Guatemala, fue declarado santo en 2002.

Seas o no creyente, una visita a la cueva te procura una sensación especial con la contemplación de sus innumerables imágenes religiosas, velas y ofrendas repartidas en un espacio tan reducido. Los recovecos de sus paredes están repletos de papelitos en los que los visitantes escriben sus promesas y deseos con la esperanza de que el Santo Hermano Pedro se los cumpla. Ya que estás, ¿por qué no pruebas a pedir uno tú también?