Miradores en Los Volcanes Legendarios
Los miradores son siempre lugares de referencia en la visita a los territorios. Te aportan una visión general del paisaje y te ayudan a entender mejor los procesos volcánicos que los formaron. También son lugares magníficos para relajarte con sus impresionantes vistas.
Mirador de La Crucita (Parque Nacional de la Corona Forestal). Ofrece una posición privilegiada para imaginar cómo hace 300 años la Caldera de Pedro Gil retumbó al entrar en erupción. La lava se llevó por delante todo lo que encontró, como casas y cultivos.
Mirador de los Volcanes (Parque Nacional del Teide). Cuatro volcanes y cuatro erupciones. A finales de 1704 y principios de 1705 los volcanes de Siete Fuentes, Fasnia, Arafo y Garachico entraron en actividad en un intervalo de seis meses. Los lugareños no lo podían creer. Pensaron que era cosa del diablo, y llamaron a 1704 el año de los terremotos.
Mirador de Ucanca (PN del Teide). Los navegantes medievales se referían a Tenerife como la “Isla del Infierno”, por la imagen enigmática que ofrecía El Teide. Aunque poco a poco científicos y naturalistas fueron desentrañando sus secretos, la sensación de misterio de entonces no se ha desvanecido. Es lo que percibe el observador que contempla la visión que ofrece este mirador.
Mirador de las Narices del Teide (PN del Teide). En 1798 el Volcán de Chahorra entró en erupción y no paró hasta 100 días después. Fue el principio del fin de la oscuridad y superstición, que dio paso al conocimiento científico a partir de los múltiples viajes y expediciones que se organizaron a su cima. Una parada aquí permite conocer más de cerca los excepcionales valores naturales que alberga este entorno. Lámina de humboldt
Mirador de Los Poleos (Santiago del Teide). La perspectiva que se te ofrece es la de la dorsal noroeste de la isla, en la que han tenido lugar la mayoría de las erupciones recientes. Alguna incluso fue contemplada por Cristóbal Colón a su paso por las islas antes de partir rumbo a América. Este es el escenario más probable para un nuevo episodio volcánico futuro.
Mirador de Garachico (El Tanque). 11 días después de que una lengua de lava sepultara el puerto de Garachico, un segundo derrame se canalizó por el acantilado y se encargó de acabar con buena parte del pueblo. A partir de este momento, la importante exportación por vía marítima pasó al Puerto de la Cruz y al de Santa Cruz de Tenerife.
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