Es un municipio pequeño, tan solo 20 kilómetros cuadrados, pero como ocurre con muchos otros de Tenerife, está lleno de encanto. Situado junto a la costa, lo ideal es disfrutar de su atmósfera relajada al tiempo que el visitante se deleita con lugares como la Casa de los Alonso del Castillo o la Alhóndiga. Imprescindible darse un salto hasta el barrio de Los Quevedos, donde se conserva magníficamente un buen número de edificaciones de estilo tradicional.