Malpaís de Güímar

Reserva natural especial

Aquí las lavas se retuercen adquiriendo las formas más inverosímiles y te retarán a que continúes mirándolas hasta que quizá te preguntes si estás en otro mundo. Este paisaje es un verdadero tesoro biológico y geográfico. Es la puerta a otro planeta distinto al nuestro. Mientras te adentras en sus tres kilómetros cuadrados de extensión sentirás el salitre de la mar cercana y podrás observar una de las mejores evidencias de cardonal-tabaibal del Archipiélago. Podrás ver especies endémicas como el balillo junto con otras muchas de pájaros (alcaudón, abubilla o cernícalo). Y por supuesto los lagartos que corretean por las piedras buscando el sol. Admirar la icónica Montaña Grande, un promontorio de origen volcánico con un tierno color rojo apagado, es algo que no te dejará indiferente.

Desde siempre los habitantes de estas tierras han aprovechado los diferentes y valiosos recursos que ofrece este entorno, realizando prácticas como la pesca o el marisqueo. Un método utilizado por los antiguos pobladores era el del embarbascado: envenenaban el agua de los charcos con leche de cardón o tabaiba amarga, lo que garantizaba el aturdimiento de los peces.

Los antiguos, aprovechando su cercanía con el mar también obtenían de él un valioso producto como la sal. Todavía hoy puedes contemplar dos salinas perfectamente conservadas. Antiguamente, al no disponer de refrigeración se salaban la carne y los pescados para conservarlos en el tiempo.

Municipio: Güímar.

Extensión: 290,3 hectáreas.

Cómo llegar:

El acceso se realiza por la TF-1, tomando la salida del Polígono Industrial de Arafo. Deberás ir hacia el polígono y en el primer cruce de calles tomar la desviación a la derecha. A 1,6 Km aproximadamente encontrarás el Malpaís de Güímar.