Un mullido edredón de nubes

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El mar de nubes es uno de los fenómenos característicos de Tenerife. Los vientos alisios van empujando las nubes, que suavemente son detenidas por las montañas de la cara norte de la isla, a una altura de entre  600 y 1.800 metros. Así se forma un manto blanco que recuerda a un mullido edredón de plumas.

Si asciendes desde la costa, el proceso se asemeja al paso de una estación a otra en cuestión de minutos, con cambios de temperatura de hasta 10 grados centígrados.