Taganana

Municipio: Santa Cruz de Tenerife

El blanco de las casitas reluce en medio del verde fuerte de las montañas. Taganana es un pueblo diseminado en el interior del Parque Rural de Anaga. Lo circundan playas vírgenes y roques que afloran del mar a varios metros de la costa —con su peculiar aire misterioso y fantástico a partes iguales—. Una panorámica muy fotogénica es la que ofrece el mirador de El Bailadero.

A Taganana se llega desde Santa Cruz a través una carreterita ondulante, o desde La Laguna atravesando el bosque de Laurisilva. El pueblo conserva las costumbres y la arquitectura tradicional de la isla, entre ellas la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, una de las más antiguas de Tenerife. Quienes la visitan se afanan en tomar fotos de su famoso tríptico, enmarcado en la escuela flamenca del siglo XVI.

Varios caseríos más quedan cerca de Taganana, así que la visita puede continuar por la costa hasta el Roque de las Bodegas, junto al que se extiende una coqueta playa. A continuación llegamos a Almáciga, un pequeño caserío de larga tradición agrícola con su pequeña ermita dedicada a Nuestra Señora de Begoña, y su playa, paraíso de surfistas por su intenso oleaje.

La historia cuenta que a mediados del siglo pasado unos peregrinos de Bilbao lanzaron al mar una botella con la estampa de esta virgen en la travesía en barco que hacían hasta Santiago de Compostela. La botella arribó ocho meses después a las costas de Almáciga, cuyos vecinos respondieron al mensaje. Como presente recibieron una imagen de la Virgen de Begoña, y la convirtieron en la patrona del lugar.Desde Almáciga puedes tomar el sendero que lleva a otros pequeños caseríos que te recomendamos visitar. El de Benijo acoge a una veintena de habitantes, y se tienen noticias de su existencia desde 1536, cuando comenzaron a levantarse aquí casas, chozas, bodegas y hasta un lagar. Hubo desde 1630 una ermita dedicada a Santiago Apóstol, pero un siglo después se derrumbó y nadie la reconstruyó. Ahora hay abiertos varios restaurantes de comida canaria, estupenda parada en el camino para coger fuerzas.

Muy próximo está el caserío del Draguillo, y también el de Las Palmas de Anaga, que cuenta con muestras exquisitas de la arquitectura tradicional canaria. Nos quedamos con las Casas Principales y la ermita de San Gonzalo (adosada a las viviendas). El edificio es del siglo XVIII, y los artesonados son preciosos aunque estén algo abandonados.

La cordillera de Anaga alberga un montón de núcleos más esparcidos por su interior. El caserío de Chamorga no llega a los 100 habitantes, y precisamente eso mismo ya lo hace encantador por tener la sensación de haber llegado a un lugar recóndito y alejado del mundo moderno, lo que es cierto. Eso se añade a la maravilla que representan sus peculiares casitas. Avanzando en la ruta se alcanza Roque Bermejo y su playa. El recorrido puede proseguir por los caseríos de Roque Negro, Afur y Taborno.