Esto sí que es una fiesta
Los tinerfeños llevan la fiesta en los genes. La mezcla de las culturas que han ido conformando la población de Tenerife y la luminosidad de la isla están en el origen de la alegría desbordante de los isleños. Ellos mismos se consideran unos noveleros que reconocen ser unos amantes empedernidos de las celebraciones.
Como eventos multitudinarios en Los Grandes Valles no deberías perderte las romerías del norte. Las de Los Realejos y La Orotava son muy concurridas y divertidas. Te esperan música folclórica, productos de la tierra y los coloridos trajes de “magos” (los que de siempre utilizaban los campesinos de la isla) con los que van ataviados los asistentes.
Si vienes en junio, durante el Corpus Christi, te encuentras con las alfombras de flores y arena del Teide que adornan las calles del centro de La Orotava. El número de personas que las elaboran, gente y familias del pueblo, supera el millar. Utilizan ¡40.000 capullos solo de rosas!, y cifras equivalentes de margaritas, crisantemos o claveles.
La de arena del Teide, de hasta 17 colores naturales diferentes, ocupa el tapiz central de la plaza del ayuntamiento, de 900 metros cuadrados de superficie. Llena de detalles y matices, los artesanos emplean un mes y medio en elaborarla… y no pasan ni 24 horas cuando es destruida por el paso de la procesión del Corpus.
Reserva en tu agenda la asistencia al baile de magos de La Orotava, al que acuden miles de tinerfeños desde todos los puntos de la isla. El único requisito es ir vestido con el traje típico, pero no tienes obligatoriamente que comprarlo: puedes alquilarlo por un precio más que asequible.
En Puerto de la Cruz te esperan las fiestas del Carmen, el 16 de julio. Muchos acuden solo con el objetivo de presenciar el éxtasis y fervor colectivo que se apodera de los asistentes durante la embarcación de la virgen en el muelle pesquero.
Las fiestas del Socorro, en el Valle de Güímar, nada tienen que envidiar a las anteriores. Es la romería popular más antigua de Canarias y rememora la aparición de la Virgen del Socorro a los guanches, los pobladores aborígenes de la isla.
La gran religiosidad del tinerfeño se hace patente, por encima de cualquier otra fecha, el 15 de agosto, Día de la Virgen de Candelaria, patrona de Canarias. Miles de peregrinos recorren los caminos de la isla desde todos los puntos de Tenerife para honrar a la virgen morena, a la que llaman cariñosamente “la morenita”.
Te puedes unir a la fiesta acudiendo a la Villa de Candelaria ese día. Se celebra una misa multitudinaria por la mañana seguida una representación de la aparición de virgen a los guanches en la cercana cueva Achinet. Todo concluye con una procesión alrededor de la plaza de la basílica. Puestitos de almendras garrapiñadas y dulces tradicionales, y terrazas donde picar algo –las sardinitas fritas son un acierto- aderezan más que adecuadamente la visita.
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