Garachico

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Sus calles adoquinadas invitan a explorar el corazón del pueblo, sus iglesias y construcciones históricas. Garachico rompe clichés: ¿quién dijo que alguien no puede resurgir de sus cenizas? La erupción del volcán de Trevejo, que lo devastó casi por completo en 1706, solo sirvió para reconstruirlo aún más bello y encantador que antes.​

Garachico está ubicado en el noroeste de la isla de Tenerife, donde ocupa 29,28 km2 dentro de la comarca de Icod-Daute-Isla Baja. Más de la mitad de su territorio está cubierto por pino canario, paisaje volcánico y un antiguo acantilado que separa el casco histórico de las medianías. Garachico posee un rico patrimonio arquitectónico de los siglos XVI y XVII muy bien conservado, por lo que fue declarado Bien de Interés Cultural en 1994. Además, posee el título de Villa y Puerto, concedido por el rey Alfonso XIII en 1916. En la zona de costa de este municipio se encuentran fincas extensas dedicadas al cultivo del plátano, mientras que en medianías se encuentra una agricultura de autoconsumo con pequeñas propiedades. Cuenta, además, con un puerto deportivo de reciente construcción junto al casco histórico, que convive con playas de callaos y arena negra y pequeños acantilados. Cabe destacar las piscinas naturales de El Caletón, una de las zonas de baño más populares, y el imponente roque que se alza frente a su costa.

Tras la conquista de Tenerife, Garachico se convirtió en el principal puerto pesquero y comercial de la isla hasta que una erupción volcánica lo destruyó. Esta época dorada atrajo a numerosas familias de gran influencia, lo que se vio reflejado en el trazado de sus calles y en la arquitectura de sus edificios.

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Un paseo por Garachico significa disfrutar de su patrimonio arquitectónico, de su cultura y de su ambiente tranquilo. Durante los siglos XVI y XVII Garachico fue el corazón comercial y económico de la isla, hasta que la erupción del volcán Trevejo en 1706 sepultó el antiguo puerto bajo un río de lava. A pesar de ello, algunos de los edificios que consiguieron salvarse se conservan hoy en día y pueden conocerse, junto a construcciones más modernas, en una cómoda ruta por el casco histórico del municipio.

El punto de partida es el convento de San Francisco, que data de 1526 y que se ubica frente a la céntrica Plaza de la Libertad. El recorrido continúa hacia la Casa de Piedra, también conocida como Casa de los Condes de la Gomera: Aunque la erupción destruyó gran parte de este edificio, aún se conserva la fachada de cantería de estilo renacentista. Algo parecido ocurrió con la iglesia de Santa Ana, el siguiente punto de la ruta, que tuvo que ser reconstruida después de que la lava sólo respetara las dos fachadas de piedra. El siguiente paso es visitar la plaza Juan González de la Torre, el centro de la ciudad durante los siglos XVI y XVII. Frente a ella se encuentra un acogedor parque en el que aún se conserva la Puerta de Tierra, que delimitaba el espacio entre el antiguo puerto y la ciudad.

Al dirigir los pasos hacia la costa, el visitante se encontrará con el Castillo de San Miguel, declarado Bien de Interés Cultural. Construido en 1575, fue víctima de un gran incendio a finales del siglo XVII, aunque se restauró algunas décadas después. Junto al castillo se observan las piscinas naturales de El Caletón, que acompañan al visitante durante parte de la ruta hasta la Casa de los Marqueses de la Quinta Roja. Este edificio del siglo XVI cuenta con un pario interior rodeado por galerías de madera y marca el final de una ruta por los lugares de mayor relevancia histórica de Garachico.

Senderos del municipio homologados

Desde Garachico parte un sendero de nivel medio-alto cuyo recorrido finaliza en el volcán Chinyero. Esta ruta asciende por el camino de El Lance hasta San Juan del Reparo, recorriendo un espectacular paisaje de coladas volcánicas hasta llegar al área recreativa de Arenas Negras. Durante las cinco horas que dura esta ruta de senderismo destaca el pino centenario de Cha Lorenza, las vistas de El Teide y el mirador desde el que se observa la cara sur del Chinyero.

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