Los acantilados de los Gigantes constituyen uno de los paisajes más espectaculares de Tenerife. Sus impresionantes paredes verticales caen sobre el océano desde alturas que pueden alcanzar, en algunas zonas, los 600 metros. A sus pies, los fondos marinos, de unos 30 metros de profundidad, albergan una gran riqueza natural que atrae a entusiastas del submarinismo y de la pesca de altura.