Soportando los ataques piratas

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Tenerife fue un lugar asediado por los piratas desde el siglo XV, a quienes por cierto el volcán del Teide, que emergía en lo alto sobre la isla, actuaba en muchas ocasiones y muy a su pesar de guía para localizarla.

El hecho de que el Archipiélago fuera punto de paso de los barcos que venían de América cargados con tesoros y especias favoreció que esos temibles piratas pulularan por aquí.

Dado que en las zonas costeras del Rincón de la Luz hicieron especial hincapié con sus ataques, los isleños acabaron por construir castillos y fortalezas que permitieran enfrentarlos mejor, y todavía quedan algunas de ellas en pie. Con el tiempo, esas incursiones piráticas se multiplicaron, con intención incluso de apoderarse del control de la Isla.

Los corsarios ingleses fueron algunos de los que lo intentaron concienzudamente, pero la dura resistencia que los habitantes de la isla opusieron hizo que nunca llegaran a conseguirlo.