Aprecia dos modos de vida diferentes

Es sorprendente que en Tenerife, un territorio limitado, sus habitantes parezca que vivan en las antípodas unos de otros según la zona de la isla que visites.

Los mismos asentamientos humanos son inevitablemente diversos. Al amparo del puerto y de las exportaciones agrícolas, en el Valle de La Orotava rápidamente se levantaron casas señoriales que fueron el germen de los posteriores núcleos urbanos. En el sur, las viviendas se asociaban a las tierras de cultivo, y por eso están dispersas por el territorio.

También varía el color de los vinos. Mientras en el Valle de La Orotava son más propios los tintos, en el de Güímar son generalmente blancos, aunque hay tintos muy valiosos. Tanto los de uno como otro valle han cosechado importantes premios internacionales.

Algo en lo que los dos valles sí son similares a pesar de esas diferencias evidentes son sus playas, de arena negra volcánica en los dos casos.

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