
En la actualidad, los destinos turísticos buscan constantemente formas de optimizar su infraestructura, mejorar la experiencia de los visitantes y fomentar un desarrollo sostenible. En este contexto, la certificación de Destino Turístico Inteligente (DTI) se ha convertido en una herramienta clave para aquellos lugares que desean mejorar su competitividad y oferta.
Sin embargo, más allá de la obtención de un distintivo, el concepto de DTI involucra la implementación de buenas prácticas que beneficien tanto a los negocios locales como a los ciudadanos.
Entrevistamos a Cristoffer Adrian, director de desarrollo de negocio en Itop Consulting, para explorar qué define a un Destino Turístico Inteligente y cómo la herramienta Curie-DTI ayuda a implementar modelos de gestión más inteligentes y sostenibles.
“Las buenas prácticas siempre tienen beneficios en el negocio o el lugar”
Pregunta: La Feria Internacional de Turismo otorgó recientemente el distintivo de Destino Turístico Inteligente a 37 destinos. ¿Qué define a un Destino Turístico Inteligente y cómo beneficia a una localidad serlo?
Respuesta: Las primeras normas UNE en hablar de DTI fueron la 178501 y la 178502, que definen qué es un Destino Turístico Inteligente. Luego, la normativa 178503 desarrolló los conceptos en torno a un DTI. Estas normas recogen una serie de buenas prácticas y cómo aplicarlas a los destinos turísticos. Se pretende que el destino consiga un beneficio no solo para el lugar físico, sino también para todos los entes con los que se relaciona el destino, sean los propios visitantes, los ciudadanos, las empresas locales o los propios servicios públicos del destino.
P: Pero, a pesar de sus beneficios, convertirse en un DTI no es un proceso sencillo…
R: Efectivamente. En primer lugar hay que diferenciar lo que es una certificación DTI que pueden emitir organismos como AENOR en base a las normas antes mencionadas con la participación como miembro de la red DTI de SEGITTUR. En ambos casos se requiere de una interconexión entre qué es lo que hay en el destino, a quién se lo ofrecemos y quién habita ya ese lugar. Un destino turístico puede no estar preparado por diversas razones, pero aunque no consiga una certificación, las buenas prácticas siempre tienen beneficios en el negocio o el lugar.
“Con la gestión de los trabajos a través de la plataforma, se logra una visión transversal de qué ofrece ese destino”
P: Curie-DTI facilita a los destinos esa transición hacia un modelo más sostenible. ¿Nos podrías guiar en su proceso de implementación?
R: Su implementación sigue la misma metodología que cualquier proyecto tecnológico. Lo dividimos en estas fases: una fase de preparación inicial donde recogemos toda la información posible sobre la situación actual del destino.
La segunda fase consiste en analizar el negocio para conocer todos los procesos y actividades que gestiona el destino turístico, para ver cómo esas tareas se pueden llevar al mundo de la solución tecnológica que estamos proponiendo.
La tercera fase es la de volcar toda esa información en una plataforma unificada de acceso a todos los interlocutores que además permita tener conocimiento a todas las partes de los diferentes proyectos o áreas que están trabajando en proyectos relacionados con el turismo inteligente.
Por ejemplo, en un ayuntamiento muchas veces hay una descoordinación entre áreas: no se sabe bien qué está haciendo el área de cultura o de fiestas con respecto a lo que está haciendo el área de turismo. Con la gestión de los proyectos y acciones a través de esta plataforma se logra una visión transversal de qué ofrece ese destino independiente del área que tenga competencia. Esto sin duda se vuelca en ofrecer un mejor servicio al ciudadano y al visitante.
La fase final consiste en trabajar con esa solución en vivo, dando apoyo para que funcione correctamente.
P: Entiendo por lo que explicas que ya se ha podido implementar…
R: Sí, hemos trabajado en un proyecto piloto. El mismo lo conseguimos tras haber sido finalistas en los AMT Smart Destination Awards en FITUR en el año 2020 y el interés que generó esto en laRed DTI-CV de INVATTUR para que formaramos parte de ella. Este acuerdo nos permitió desarrollar una primera prueba piloto con el Ayuntamiento de Finestrat -justamente al lado de Benidorm, que es el primero que se certificó con la norma 178.501 como Destino Turístico Inteligente-. Esa fue la primera prueba piloto aunque se hizo en plan pandemia, por lo que no pudimos ver de forma clara el beneficio en el turismo.
P: ¿Cuáles son los siguientes pasos en el desarrollo de Curie-DTI?
R: Nos gustaría realizar una prueba en Canarias, en Tenerife en concreto, que es donde estamos nosotros. Buscamos en el sandbox la oportunidad de acceder a destinos y hacer las pruebas que nos permitan hacer los ajustes necesarios para determinar si la herramienta cumple con el objetivo que nos planteamos inicialmente, que es ayudar a un DTI o a un destino a convertirse en un Destino Turístico Inteligente.
