El presidente de la corporación insular recuerda que ya se ha previsto una cantidad inicial de un millón de euros para ayudar con la realización de las pruebas que decidan hacer las autoridades sanitarias. El Cabildo pone a disposición recursos alojativos propios, así como la ayuda del departamento de genómica del ITER y la colaboración para organizar la logística en el punto de realización de las pruebas Entiende que hay que intentar salvar la temporada de invierno y aunque la fiabilidad de estas pruebas rápidas no es definitiva, considera que es una medida que aporta seguridad del destino y alerta de que el tiempo se acaba El presidente del Cabildo de Tenerife, Pedro Martín, ha indicado que «es evidente que la pandemia no va a desaparecer en breve y que aún tardará en desarrollase una vacuna. Sin embargo, a nuestra isla no le queda tiempo para poder proteger la temporada de invierno, que es prácticamente salvar o no nuestro futuro».

Entiende el presidente que «dependemos de muchos factores: la situación del COVID en otros países, el control de la enfermedad en nuestro territorio, el miedo a contraer la enfermedad durante el vuelo en avión, entre otros, pero creo que debemos aventurarnos a implementar los test rápidos de antígenos que detectan la respuesta inmunológica, aunque no tengan la fiabilidad de los PCR. Por esta razón, en el Cabildo de Tenerife hemos hecho una previsión inicial de un millón de euros -que con seguridad habría que incrementar- para colaborar en la financiación de las pruebas desde que se decida su puesta en marcha».

Asimismo, «estamos en disposición también, si es necesario, de poner instalaciones provisionales para la recogida de muestras a los que llegan a la isla».

La aportación del Cabildo no se queda sólo aquí. Martín añade que actualmente «el equipo de científicos del Instituto de Genómica del Cabildo de Tenerife está trabajando en varias líneas de investigación sobre el COVID. Nuestros investigadores, que colaboran con el Servicio Canario de Salud en el Hospital de La Candelaria, ya nos advierten de que no existe una fiabilidad completa en los test rápidos, y la logística para poner en marcha el sistema es compleja. Por esta razón, debemos planificar cuanto antes cómo poner en marcha el proceso. La colaboración entre instituciones es fundamental, pero también aprovechar la puesta a disposición de recursos que nos ha trasladado el sector turístico de la isla».

«El tiempo se acaba – concluye – y por esta razón tenemos que avanzar. Nos preguntan qué hacer si aparecieran casos positivos en un aeropuerto. Si se produjera, ya estamos en disposición alojarlos en instalaciones turísticas propiedad del Cabildo, como primer recurso para abordar el problema. Tenemos que ir adaptándonos a una situación cambiante y a las novedades que se irán produciendo en la evolución de la enfermedad. Pero asumiendo el riesgo a equivocarnos en alguna de las medidas, la sociedad de Tenerife y el sector turístico no puede esperar más», concluyó.

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