Entrevista a Diego Fernández Rodríguez, responsable de Tenerife Convention Bureau
Tenerife Convention Bureau es el segmento de Turismo de Tenerife que promociona la celebración de congresos y eventos, una actividad paralela al turismo convencional sostenida por infraestructuras insulares diversas y el ejercicio de empresas asociadas especializadas. Diego Fernández Rodríguez es el responsable de esta área del primer organismo turístico de la Isla.
Pregunta. ¿Cuándo fue creado TCB?
Respuesta. Prácticamente desde el inicio de la Sociedad de Promoción Exterior de Tenerife, que nació en 1992. Fue el primer departamento especializado que tuvo Turismo de Tenerife a partir de 1993 y, con diferencia, su marca más antigua. Desde el principio se vio que, si la Isla quería diversificar la oferta, la forma de vender el segmento Congresos era bastante diferente a vender Tenerife como destino vacacional. De hecho, en nuestras promociones casi nunca nos dirigimos al cliente final, que sería el asistente de un congreso o el de un viaje de incentivos, porque no es él quien toma la decisión. Al contrario de lo que ocurre con el turismo vacacional, que opera a través de los intermediarios pero también directamente con el cliente final a través de la publicidad en medios o en una estación de metro, nosotros nos dirigimos a agencias de viajes especializadas, agencias de comunicación, y directivos de empresas que organizan regularmente eventos corporativos.
P. ¿Son solo congresos?
R. Sí y no, en el sentido de que cuando hablamos del sector de congresos, que es muy amplio, esa palabra se queda corta. A veces lo llamamos sector MICE porque se refiere a los ‘meetings’, los incentivos, las convenciones y los eventos en general. En otras ocasiones se habla del turismo de negocios o de reuniones, pero reuniones las hay de todo tipo. Si fuésemos estrictos, los congresos serían solamente los encuentros de las asociaciones, es decir, mucha gente vinculada por un determinado interés común, y las convenciones, una reunión de quienes trabajan dentro de una misma gran empresa. Por otro lado, promocionamos también los viajes de incentivo, que son aquellos viajes que ofrecen las grandes empresas a empleados que cumplen sus objetivos.
P. ¿Cómo surgió esta variante turística?
R. Solamente por dar una idea general. El segmento se inició en Estados Unidos, en Detroit, en 1895. La Cámara de Comercio local estimó que era interesante para la ciudad traer eventos de este tipo por la economía que mueven y pusieron a un comercial a tiempo completo para promocionar el destino en esa especialidad. Esa figura se internacionalizó después y, efectivamente, ahora el turismo de congresos es un sector muy importante por muchas razones y porque compensa la ‘desestacionalización’, ya que los grupos grandes van buscando buenos precios y la disponibilidad de habitaciones que se da preciosamente en la temporada baja. Por otra parte, el sector atrae a un perfil de cliente interesante para la Isla, con una alta disposición al gasto, y aporta también un factor multiplicador porque, si el asistente a un congreso vuelve con una buena experiencia, es muy probable que repita con su familia.
P. Es necesario disponer también de buenas infraestructuras, ¿no?
R. Sí, claro. Una parte importante de la población local son profesionales, médicos, abogados, científicos, entre otros, que asisten a eventos internacionales y pueden plantearse en un momento dado traerse el simposio a Tenerife porque saben que tenemos las condiciones precisas para acogerlo. Una de nuestras tareas en TCB es precisamente explicar a los potenciales organizadores que contamos con una muy buena infraestructura, con cinco grandes centros de congresos, muchísimos hoteles de cuatro y cinco estrellas, también con grandes espacios, agencias receptivas y de viajes especializadas y un número importante de entidades que trabajan con el sector. Son cerca de 70 empresas las que están asociadas actualmente a la marca, que se dedican, además de las ya nombradas, a traducciones, montajes de expositores, azafatas o catering, entre otras muchas actividades auxiliares. Y esa es otra de las razones tan interesantes de este segmento, que no trabajamos sólo con los actores turísticos habituales, es decir, hoteles, agencias de transporte y las tradicionales, sino también con otros sectores productivos de la Isla.
P. ¿El segmento crece, decrece o es estacionario?
R. Sufre también sus ciclos y en muchos ocasiones son contrarios al turismo vacacional. Un ejemplo, en los años 2016-17, Tenerife estaba viviendo un ‘boom’ turístico importantísimo porque los principales destinos competidores estaban cerrados por problemas nacionales. La coyuntura hizo que los hoteles de la Isla se llenaran con turismo vacacional y eso afectó al sector de congresos e incentivos, en el sentido de que era muy complicado conseguir en un solo hotel 300 o 400 habitaciones a precios reducidos para grupos. Ahora la situación parece estar normalizándose en esos países y, aunque puede estar afectando negativamente al turismo vacacional de la Isla, paradójicamente es una buena noticia para el sector de congresos porque volvemos a tener disponibilidad de habitaciones y precios competitivos para grupos. Incluso los indicadores apuntan a que 2020 va a ser mejor todavía para nuestro segmento.
P. ¿Qué hitos destacaría entre los logros históricos de TCB?
R. Hay uno que considero importante: hemos conformado un sector que ahora, después de muchos años, da señales de que se ha desarrollado bien. Yo empecé en el 96 con menos de 30 empresas asociadas y ahora son 70, que generan además un producto muy competitivo. También hemos incorporado lugares alternativos de reunión o actividades con las que sorprender al cliente. Y es que el turismo de congresos no solo busca salas, sino que quiere conocer más cosas del destino, como la realidad del lugar que visita e incluso estar en lugares originales no abiertos al público para disfrutar de ellos con los compañeros de profesión. Hoy por hoy tenemos sitios y propuestas únicas para grupos.
P. ¿Gasta en la calle el turista de congresos?
R. El que venga solo, por poco tiempo, con los gastos pagados y disfrute de un nivel socioeconómico alto tiene un efecto económico directo importante por su predisposición al consumo. Y no solo gasta el asistente al congreso; el congreso en sí contrata múltiples servicios locales de transporte, cartelería, montajes efímeros, decoración, etcétera.
P. ¿Quiere expresar algún mensaje para las empresas asociadas a TCB?
R. Estamos muy orgullosos porque son muy activas. Se dan cuenta de que esto es un negocio directo y colaboran ofreciendo por ejemplo gratuidades en habitaciones para visitas de inspección. También hay que decir que son muy exigentes, pero tanto con nosotros como con ellos mismos y, en todo caso, creo que hemos conseguido entre todos establecer una muy buena relación. Desde Tenerife Convention Bureau trabajamos para hablar con una misma voz, tanto en la Isla como cuando la promocionamos fuera, con los mismos posicionamientos y argumentos. En realidad, cada empresa, cuando promociona sus servicios fuera de Tenerife, primero debe “vender” el destino, por lo que todas ellas son actores fundamentales de la promoción de Tenerife.
P. ¿Hay algún reto pendiente?
R. Por supuesto que sí. Creo que queda mucho por avanzar y que Tenerife tiene todavía mucho potencial por explotar. Hay sitios maravillosos que realmente cuesta utilizar porque los trámites para hacerlo son complicados, como los espacios históricos únicos. También debemos, a nivel de promoción, avanzar más junto a otros departamentos, como el de conectividad. En ese sentido, ya están mejorando las conexiones con Francia y notamos un incremento en el número de grupos franceses que vienen a la Isla. Nos queda Estados Unidos, que es el mayor organizador de eventos del mundo, y estamos trabajando mucho en ello. Creemos también que es importante que el destino sea conocido no solamente como ‘resort’ turístico, sino porque hay una comunidad científica, porque es un foco cultural o de innovación o porque tiene una larga historia y mantiene vínculos con tres continentes.
