Operadores turísticos y periodistas de varias nacionalidades comparten seis días de bicicleta en continua camaradería deportiva
En un ambiente de franca camaradería, los participantes conviven y comparten la experiencia de los sucesivos tramos, arropados por la organización, que vela en todo momento por que nada falle, y comentan en las horas de las comidas y descanso la mayor o menor dureza del itinerario, pero también la diversidad que encuentran a su paso, pruebas que están contando con la benignidad del tiempo, aunque los ciclistas destacan en todo caso los cambios de temperaturas, las diferentes alturas y entornos de las rutas, a veces con sol, en medio de paisajes áridos del Sur, y otras atravesando los bosques de Anaga o las huertas fértiles del Norte.
También Marjorie, una agente de turismo francesa, habla de la idoneidad de la Isla para la especialidad deportiva que oferta su empresa, dirigida sobre todo hacia un turista de más edad, mientras que Ornella, representante de un turoperador de Bélgica, reflexiona en voz alta sobre la mejor manera de ofrecer el producto a sus clientes, amantes de estos viajes deportivos en invierno. Así, todos, con sus respectivas nacionalidades, Italia, Francia, Reino Unido, Islandia, Alemania, Holanda, Israel, Estados Unidos y España, parecen encantados de vivir en pleno mes de marzo una experiencia deportiva a pleno aire libre en Tenerife.
Y después del restaurante de San Andrés, qué mejor para bajar la comida que un paseo en stand up paddle (la tabla de surf con remo) en la playa de Las Teresitas, que luce sus aguas tranquilas al contraluz de la tarde, donde dejamos a nuestros visitantes disfrutando del mar entre palada y palada y algún que otro chapuzón.