Gilbert Delforge, de 68 años, se enamoró de la Isla en 1983, y desde entonces no ha dejado de venir
“Queremos darle las gracias por la fidelidad a Tenerife, por repetir. Vivimos del turismo y afortunadamente tenemos un alto grado de repetición. Usted es un magnífico ejemplo de ello. Por eso hay que reconocer su fidelidad con nosotros”, dijo el consejero delegado, quien le hizo entrega de un libro con fotografías de la Isla y un juego con preguntas sobre Tenerife.
Gilbert Delforge agradeció el recibimiento e indicó la razón de esa fidelidad: “Me enamoré de la Isla desde la primera vez que vine, de su naturaleza, de su clima, pero sobre todo de la gente. Una gente cariñosa, acogedora y siempre dispuesta a ayudar al turista”.