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Aferrados al cielo

‘Enminube’ asegura experiencias inolvidables en vuelos en parapentes biplaza    La Corona Borja y Luismi cuelgan habitualmente del cielo, literal. Y a pesar de todo, no podrían tener los pies más en la tierra. Hace cuatro años fundaron un club de parapente con la idea de disfrutar de una actividad que les apasionaba. Tras darse cuenta de que su hobby preferido podía convertirse en algo más, en un medio de vida, a finales de 2013 ambos pusieron en marcha la empresa Enminube.net, especializada en ofrecer vuelos en parapente. Por un importe que oscila entre los 90 y los 100 euros, quienes deseen sobrevolar los paisajes más llamativos de Tenerife en un parapente biplaza junto a pilotos con cualificación para ello pueden hacerlo con Enminube. “Nosotros no competimos con otras empresas similares en precio. Lo que nos preocupa es la experiencia del usuario, que tenga todas las garantías y que sepa que estará en el aire una media de 25 a 30 minutos”, explica Borja Roig, socio en Enminube junto a Luismi. Ambos rondan los 40 años, y aterrizaron en este proyecto después de un periodo en paro de Luismi (hasta entonces realizador de televisión) y de no poder ejercer su profesión de arquitecto técnico en el caso de Borja. El usuario puede elegir entre una decena de lugares para su salto repartidos por toda la Isla: las laderas de la cara norte, los montes de Anaga, Ifonche (Adeje)… aunque el más popular es el que se inicia en Izaña y termina en la costa. Las vistas de El Teide acompañan a un viaje que comienza a 2.200 metros de altitud y pasa por entornos volcánicos, pinares, medianías, cascos históricos como el de La Orotava, la zona turística de Puerto de la Cruz, cultivos de plataneras y finalmente la playa. Enminube ofrece dentro del precio el transporte desde un punto de encuentro acordado en La Laguna, Puerto de la Cruz o Adeje, y un reportaje de 10 fotografías en alta definición como recuerdo de los mejores momentos vividos suspendidos en el aire. El perfil de quien contrata sus servicios es el de alguien que jamás se ha lanzado antes en parapente. ¿Quién puede hacerlo? Cualquiera. La única limitación es que su peso no sea inferior a los 35 kilos (han contado con usuarios desde 11 años de edad) ni superior a los 120. No se exige ninguna condición física especial. La mayoría viene con nervios, que se acrecientan a medida que se acerca el momento del salto. Pero una vez sus pies se separan del suelo y notan cómo las cuerdas tiran de ellos hacia arriba —y se sienten bien sujetos en el aire, aunque pueda parecer una paradoja—, es cuando empiezan a disfrutar. “No hay más que ver la diferencia entre las caras que tienen antes del salto y la de satisfacción que se les queda cuando acaban el vuelo. Muchos, incluidas personas de hasta 80 años, nos dicen que han vivido la mayor experiencia de sus vidas”, añade satisfecho Borja. Vuelan unas cinco veces a la semana, con una media de cuatro usuarios en cada una de ellas. Borja afirma que la seguridad es su máxima prioridad: “Si las condiciones meteorológicas no son las ideales, no volamos”. Y aunque la seguridad no se vea comprometida, la comodidad y la tranquilidad también son básicas: “No somos de los que saltamos con los requisitos mínimos para salir del paso; no queremos que el usuario tenga un vuelo movido por el excesivo viento o en el que haya tantas nubes que le impidan contemplar los paisajes”. En esos casos, simplemente lo aplazan para el siguiente día que haga bueno. Que el material esté en perfectas condiciones, unido a una técnica que dominan al dedillo —Borja supera las 1.200 horas de vuelo y Luismi acumula aún más— son otros elementos que  contribuyen a que la experiencia sea 100 % segura y recomendable, bien para uno mismo, bien como original alternativa para sorprender a alguien por su cumpleaños, por ejemplo: “Ya está muy visto eso de regalar una corbata y un perfume”, concluye Borja.

Enminube es una empresa asociada a Turismo de Tenerife

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