En la actualidad, algunos barcos se ven obligados a desplazarse a otras islas para realizar la inspección con seguridad

Turismo de Tenerife ha propiciado la creación en la Isla de un sistema tipo “cuna” para la inspección periódica obligatoria de las embarcaciones de avistamiento de cetáceos, una reivindicación que llevan realizando desde hace años los empresarios del sector. En la actualidad, algunos de ellos se ven obligados a desplazarse a otras islas, mientras otros se arriesgan a sacar los barcos en Tenerife a través de sistemas de izado inadecuados para sus características y que podrían dañarlos.

El vicepresidente Económico y consejero de Turismo del Cabildo, Carlos Alonso, señala que “en nuestra apuesta por el avistamiento de cetáceos como una de las actividades estrella que ofrecemos a los millones de turistas que nos visitan al año, no podemos obviar los problemas que afectan al sector, por lo que hemos favorecido el entendimiento entre estos y la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife con el objetivo de encontrar una solución al problema”. El consejero añade que “después de haber pasado más de siete años desde que cerrara el varadero que existía en la Isla, hemos logrado el compromiso de poner en marcha este nuevo sistema alternativo, para lo que Autoridad Portuaria facilitará el espacio y lo fabricará, mientras que los empresarios serán los encargados de elaborar el proyecto de ingeniería naval pertinente”.

La clausura del varadero de Tenerife tuvo lugar en 2005 por la finalización de la actividad de la empresa propietaria del mismo, lo que obligó a algunas embarcaciones de avistamiento de cetáceos a desplazarse a Gran Canaria e incluso a Lanzarote, una circunstancia que se agravó con el reciente cierre también de este último. Así, en estos momentos, los empresarios de algunos tipos de barcos se arriesgan, bien a utilizar un sistema en la Isla que no es el más adecuado, bien a acudir al de Las Palmas, en una travesía peligrosa por la tipología de las propias embarcaciones que les supone, además, un sobrecoste que encarece la revisión.

Se trata de embarcaciones tipo monocasco y catamaranes de diversos materiales como madera, aluminio o fibra de vidrio que cuentan con diferentes sistemas de propulsión: a motor y a vela. Llegan a alcanzar las 100 toneladas de peso, aunque el mayor problema es la manga de algunas embarcaciones, que en el caso de los catamaranes puede superar los 11 metros, por lo que requieren un mecanismo con condiciones especiales.

Turismo de Tenerife lleva varios años apostando por el producto de avistamiento de cetáceos, actividad que con 600.000 personas que disfrutan de ella al año en la Isla es la tercera más demandada por los turistas que la visitan.

 

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