Origen y formación

Hace siete millones de años

A las rocas más antiguas que se han encontrado en Tenerife se le calculan unos siete millones de años. Anteriormente se habían acumulado erupciones submarinas hasta que la isla comenzó a surgir sobre el nivel del mar por la zona de Teno y Anaga. Además de estos dos macizos, Adeje es una de las zonas geológicas más antiguas de Tenerife. Estos edificios geológicos se caracterizan porque parecen estar alineados siguiendo grandes fracturas, de manera que los productos de las erupciones volcánicas fueron apilándose en forma de tejado. Este primer ciclo de formación de la isla finaliza con emisiones sálicas que constituyen la parte superior de muchos picos de Anaga.

Hace tres millones de años

Las zonas centrales de la isla fueron las protagonistas de las erupciones volcánicas que tuvieron lugar hace tres millones de años y que crearon, poco a poco, la silueta de Tenerife tal y como la conocemos hoy en día. El vulcanismo en esta etapa es fisural de composición basáltica, y todo indica que primero se formó una gran cordillera dorsal con una mayor concentración de lava en sus extremos, a modo de espigones, que protegían un espacio intermedio que podría describirse como un valle: Los actuales valles de La Orotava y de Güímar. Entre sus materiales predominan las tranquitas y fonolitas. Otro punto muy interesante es que el final de esta etapa de formación de la isla vino marcado por un gran derrumbe del centro de Tenerife, creándose así el circo de Las Cañadas, aunque existen varias teorías al respecto. En esa caldera surgió el estratovolcán Teide-Pico Viejo. Otras teorías, como la defendida por el tinerfeño Telesforo Bravo en 1962, indican que los valles de Güímar y La Orotava se formaron por grandes deslizamientos de tierra.

Hace medio millón de años

Desde hace medio millón de años el volcanismo propio de Tenerife pasó a crear conos volcánicos: Se forman el Pico Viejo y el Teide en la caldera de Las Cañadas, y por toda la isla se reparten nuevos centros de emisión desde los cuales se cubre lo anterior y se gana terreno al mar. Es en esta etapa en la que Tenerife adquiere su aspecto y geografía actuales.​